
Más del 70% de la piel (sin tener en cuenta el agua) está compuesta por proteínas, cada una con una función específica. Los aminoácidos son el alfabeto de la estructura de las proteínas y determinan muchas de sus propiedades.
Se unen para formar péptidos, que actúan como bloques de construcción de diferentes proteínas.
Ejemplo: el colágeno es una proteína estructural de la piel. Debido a factores como la luz solar, el calor y el envejecimiento, esta proteína puede descomponerse, provocando la flacidez de la piel y la aparición de arrugas y líneas finas.
Nuestros productos incluyen multitud de este tipo de activos, de origen marino o microbiológico, para mejorar la apariencia de la piel: protectores del fotoenvejecimiento, del colágeno, regeneradores...
Productos que lo incluyen: